El cuerpo no actúa por sí mismo.
Tiene toda la información para sintetizar las proteínas
que hacen posible todos sus procesos.
La tiene en forma de secuencias, en el ADN,
en el núcleo de cada célula.
La guarda como si fueran planos.
Pero es necesario un PROGRAMA, que dirija,
que indique cuando comienza cada mecanismo,
cuando se detiene, cuando se anula,
cuando se revierte, cuando se necesita,
cuando no es momento, cuando no tiene sentido.
Un programa que dirija cada jugada, que establezca los ritmos.
Podríamos considerar que hay tres niveles
de programas directores de esta orquesta que es la vida.
Si comparamos un cuerpo vivo con un cadáver,
vemos que al morir la información sigue estando,
los constituyentes también, pero los procesos de vida
no pueden darse porque le falta el Programa que los desencadene.
Por eso a este primer nivel le llamaremos Programa de vida, que es de Origen.
El cuerpo es además el escenario
donde se desarrollan una inmensidad de reacciones.
Si el entorno psíquico, físico y emocional es armonioso, o sea,
si tomo Lo que es, tal cual llega,
el cuerpo se manifestará en estado de salud,
a menos que algo físico lo agreda.
Pero si me opongo a lo que la vida presenta,
si quiero que los otros o yo mismo
se comporten de otra manera, si me salgo del presente,
asociando con información vieja y proyectando,
evaluando con puntos de vista, tradiciones y creencias,
estaré creando un entorno hostil
que mi cuerpo interpretará como adverso.
Ya el Programa de vida no tendrá la prioridad.
Será necesario usar un Programa de adaptación al medio,
a ese entorno desfavorable que yo creé con mi pensamiento.
Idéntico a la adaptación de las especies a un nuevo ecosistema.
Se desencadenarán mecanismos de supervivencia para hacer frente,
aumentando presión arterial, por ejemplo, o engrosando arterias,
exigiendo a la tiroides para cambiar ritmos,
tensionando zonas, inflamando otras,
creando masas en órganos que deberían compensar
necesidades y carencias que yo me creo.
Esto es la enfermedad.
El programa de adaptación es lo que me enferma.
Lo que se manifiesta en el cuerpo, ahora, en lugar de salud es síntoma.
Y encima en lugar de verlo lo ataco.
En lugar de mejorar el entorno, que es donde está el conflicto,
a veces agredo, mutilo, aniquilo
a nivel del cuerpo.
Si tengo el privilegio de darme cuenta
que el entorno se armoniza al instante,
cuando yo percibo sin juicio,
sin querer que sea distinto lo que llega,
los Programas de reparación revertirán
todo mecanismo de adaptación que ya no se necesita.
Y ahora lo que se manifiesta en el cuerpo es sanación.
Fue el tema Central de la Semana 6. ¿Meditamos?
La foto fue tomada por Anne Keiser para National Geographic.